2o. Simposio Internacional El Libro Electrónico en Español

Curso "El libro de los libros en la lengua de Cervantes. Versiones castellanas de la biblia" Puebla, México

Curso
El libro de los libros en la lengua de Cervantes
Versiones castellanas de la biblia

Octubre 5 - Octubre 27 (viernes y sábado)

Sala de lectura de la Biblioteca Histórica José María Lafragua
Calle Juan de Palafox y Mendoza No. 407
Puebla, México.

Informes:
Mtra. Lourdes González Balderas
229.55.00 ext 5173
lourdes.gonzalez@correo.buap.mx
Fuente: http://www.lafragua.buap.mx/

“En esta biblioteca no se guarda un silencio sepulcral”

Lejos de convertirse en un mausoleo para la élite cultural, la Biblioteca Pública de Salamanca es un centro vivo por el que cada día se pierden más de 1.000 ciudadanos. Eva García, Felicidad Campal e Inmaculada Cebrián descubren para Diario de Salamanca las posibilidades de la Casa de las Conchas


Decía Borges que siempre había imaginado el paraíso como algún tipo de biblioteca. Si materializamos ese lugar soñado en la ciudad de Salamanca, probablemente aparezca en el imaginario de muchos la Casa de las Conchas: un edificio de 500 años que en su origen fue palacio de los Maldonado y ahora es la Biblioteca Pública de Salamanca, un espacio donde todos los ciudadanos pueden acceder a un fondo bibliográfico que supera los 130.000 ejemplares.

El suelo de madera, que tiende a crujir irrespetuosamente con los lectores, provoca que sea la única biblioteca donde se pueda hablar en voz alta. Y es que la Casa de las Conchas no es una biblioteca de estudio, sino orientada a los usuarios (alrededor de 96.500, que demandan al año unos 230.000 préstamos, según datos de 2011). “No queremos que esta biblioteca sea un mausoleo, no se guarda un silencio sepulcral”, afirma Felicidad Campal, Ayudante de Biblioteca.

Para Eva García, Facultativo de Biblioteca, “la función pública de la biblioteca está clara. Ahora tenemos que ver cómo gestionamos esta función con menos dinero. Tenemos que esforzarnos mucho por mantener una calidad.” No obstante, la drástica reducción de presupuesto que han sufrido en los últimos tres años –han pasado de disponer de 90.000 euros para adquirir nuevos ejemplares a ver reducida esta cifra a la mitad y actualmente no saben con cuánto dinero contarán para este curso- afecta inevitablemente al servicio: “No podemos seguir adquiriendo fondos como hasta ahora, la colección no se va a seguir renovando”.

Y es que es en tiempos de crisis cuando más se percibe la importancia de los servicios públicos. “El número de usuarios aumenta. Hay mucha gente que no puede pagarse Internet o comprar el periódico. Por lo tanto es un recorte que afecta a un servicio público que entendemos que es esencial, pero no nos vamos a comparar con la sanidad porque saldríamos perdiendo”, explica Felicidad.

No solo afectan los recortes, sino también el cambio de las leyes. La colección de revistas se enriquecía con once títulos gracias a una subvención del Ministerio de Cultura. Pero la nueva Ley del Libro, según explica Inmaculada Cebrián, también Ayudante de Biblioteca, ha modificado este servicio. “Ahora obligan a los editores a depositar un número de libros en el Ministerio y en las bibliotecas, pero las revistas ya no tienen esa obligación”. “Eran revistas especializadas de calidad sobre música, arte o filosofía que ya no estamos recibiendo y lo vamos a notar” matiza Eva. Inmaculada reflexiona sobre la trascendencia: “Es un servicio publico que vamos a dejar de dar porque no todo el mundo puede comprarse una revista de 30 euros”.

Los criterios para renovar la colección se difuminan. “Antes, las novedades en literatura se compraban todas”, aseguran las trabajadoras. A pesar de todo, la biblioteca de la Casa de las Conchas puede presumir de un espectacular fondo de poesía y arte. “Ahora estamos potenciando mucho también la literatura en otros idiomas”, explica Inmaculada. Felicidad advierte que en este aspecto tienen una clasificación que divide los niveles en básico, medio y avanzado. “Queremos que la biblioteca se parezca a una gran librería. Dividir el material en grandes áreas temáticas: tú entras y de forma muy visual te aclaras”.

Felicidad insiste en que se trabaja mucho con el comercio local. “Las librerías están notando la crisis porque también las bibliotecas dejan de adquirir”. Eva señala las graves consecuencias de esta situación: “Si en España hay 4.000 bibliotecas que compran un mismo ejemplar, esos 4.000 ejemplares dejan de adquirirse o se quedan en 1.000”. Y Felicidad da un argumento para aquellos que mantienen que las bibliotecas solo producen gastos: “tienen su repercusión en la lectura, el conocimiento y la industria editorial. Eso es real y produce el 4% del PIB total”.

La colección de la Biblioteca Pública de Salamanca abarca mucho más que libros en papel (ahora también ofrece libros electrónicos). Sus recursos están distribuidos en las secciones Creatividad y expresión, Música y cine, Mundo y diversidad, Literaturas, Espacio verde, Ciencias y conocimiento, la hemeroteca y un fondo local.

Respecto a la sección de cine, Felicidad matiza: “No se trata de un videoclub ni del top manta”. Por eso dedican sus esfuerzos a la colección de cine de autor y buscan desmarcarse con una inversión en cine japonés, chino, documental o cortos. En la fonoteca la última adquisición son las partituras, que esperan promocionar de cara a los alumnos del Conservatorio. La sección audiovisual se deteriora más rápidamente que cualquier otra e inevitablemente hay materiales que deben ser dados de baja y en estos momentos no se puede reponer. “Nos cuestionamos qué va a pasar ahora”.



Clubes de lectura, talleres de empleo y otras actividades

Los talleres, cursos de formación y las actividades culturales son las apuestas de la Biblioteca Pública que pretenden afianzar la idea de biblioteca como centro educativo. Por ello, durante el curso están abiertos a la participación microtalleres de formación en nuevas tecnologías, talleres de orientación para la búsqueda de empleo, visitas guiadas por la biblioteca y programas de acercamiento a la unidad de drogodependientes de Cáritas, centros de discapacitados y otros sectores en riesgo de exclusión social que, de otra forma, es improbable que acudieran a la Casa de las Conchas.

La reducción de presupuesto ha obligado a canalizar parte de las actividades en la Asociación de Amigos de la Biblioteca, que este año ha financiado el Festival Contando Cuentos. También se programa Sin Escenario un sábado al mes, que incluye teatro, performance, lectura de poemas, música… clubes de lectura –grupos de personas que se reúnen para debatir en torno a un libro- y talleres de escritura.

“Hay gente que nos dice que no sabría que hacer sin la biblioteca”, asegura Inmaculada. Y es cierto, los usuarios fieles como Celia Corral, investigadora de literatura, reconocen que la biblioteca es esencial para ellos. Hay otros que además son conscientes de la aportación cívica que hace: Santiago Romero, interesado en temas de educación y lectura, señala que las bibliotecas son “fundamentales para toda ciudad que se precie de mantener cierta cultura”.

A pesar de que como a todos los funcionarios les han recortado el sueldo, trabajan más horas, de que muchos cuestionan la utilidad de su trabajo, de que temen el día que los ciudadanos tengan que responder a la pregunta “¿qué prefieres, que te curen o leer un libro?”, Inmaculada, Eva y Felicidad defienden la función pública que cumple su trabajo de forma vocacional. Y la mejor recompensa sea probablemente comprobar que cada día más de 1.000 personas hacen crujir ese suelo de madera. Como asegura Eva, satisfecha, la Casa de las Conchas es “una biblioteca viva”.

Los beneficios que producen las bibliotecas en la sociedad van más allá de las cifras. Felicidad Campal tiene muy claro lo que significan: “Son el acceso a toda la información sin censura”, el resorte que “despierta en los ciudadanos el espíritu más crítico”.

Fuente: http://diariodesalamanca.es/2012/08/12/en-esta-biblioteca-no-se-guarda-un-silencio-sepulcral/

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